All of Grace/“My Redeemer Livith”/es

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Revision as of 23:14, 31 July 2008 by Kirstenyee (Talk | contribs)
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Vive eternamente

Nos hemos referido continuamente al Cristo crucificado, el cual es la gran esperanza del culpable, pero es indispensable que nos acordemos que nuestro Señor resucitó de entre los muertos y vive eternamente.

Dios no te pide que creas en un Cristo muerto, sino en un Redentor que murió por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación. Por esto, puedes acudir a Jesús ya, como a un amigo vivo y presente. No se trata de un mero recuerdo, sino de una persona continuamente existente quien desea oír tus oraciones y contestarlas. Él vive con el propósito de continuar la obra por la cual sacrificó su vida. Está intercediendo por los pecadores a la diestra del Padre, y por eso es poderoso “para salvar eternamente a los que por él se allegan a Dios.” Acude a él y entrégate a este Salvador vivo, si no lo has hecho ya.

Gloria y poder

Este Jesús vivo fue levantado a una posición eminente de gloria y poder. Hoy no sufre como “el humillado ante sus enemigos”, ni trabaja como “el hijo del carpintero”, sino que ha sido exaltado muy por encima de todo principado y potencia y todo nombre. El Padre le ha dado todo poder en el cielo y en la tierra, y está llevando a cabo esta misión gloriosa y su obra de gracia. Escucha bien lo que Pedro y los otros apóstoles testifican acerca de él ante el sumo sacerdote y todo el concilio:

“El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. A éste Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.” –Hechos 5:30, 31.

La gloria que rodea al Señor ascendido debiera dar esperanza a todo corazón creyente. Jesús no es una persona cualquiera, es un Salvador grande y glorioso. Es el Redentor exaltado como Príncipe y coronado como tal. Ha sido investido de la prerrogativa soberana sobre la vida y la muerte. El Padre ha puesto a todos los hombres bajo la soberanía mediadora del Hijo para dar vida a quien quiere. Él abre y nadie cierra. El alma presa por las cuerdas del pecado y de la condenación puede quedar libre inmediatamente por el poder de su palabra. Él extiende el cetro de plata, y cualquiera que lo toca, vive.

Es bueno para nosotros que así como vive el pecado, y vive la carne y vive el diablo, vive también Jesús; y es bueno también que cualquiera que sea el poder de ellos para arruinarnos, infinitamente mayor es el poder de Jesús para salvarnos.

A favor nuestro

Toda su exaltación y habilidad está abogando a favor nuestro. “Ha sido exaltado para ser” y “exaltado para dar”. Ha sido exaltado para ser Príncipe y Salvador a fin de dar todo lo necesario para llevar a cabo la salvación de todos cuantos llegan a estar bajo su soberanía. Nada tiene Jesús que no ha de usar para la salvación de los pecadores y nada es que no revele en la abundancia de su gracia. Combina su función de Príncipe con su función de Salvador, como si no quisiera ejercer la una sin la otra; y manifiesta su exaltación con el propósito de brindar bendiciones a la humanidad, como si esto fuera la flor y corona de su gloria. ¿Puede haber algo mejor pensado para infundir esperanza en los pecadores que empiezan a dirigir su mirada hacia Cristo Jesús?

Jesús sufrió humillación, y por ello pudo ser exaltado. Por esa humillación cumplió y soportó toda la voluntad del Padre, y por ella recibió la recompensa de ser ascendido a la gloria. Usa esta exaltación para bien de su pueblo. Levante mi lector su mirada hacia esos collados de gloria, de donde tiene que recibir su ayuda. Contemple las glorias celestiales del Príncipe y Salvador. ¿No es acaso una gran esperanza para los hombres el que un hombre ocupe el trono del universo? ¿No es glorioso que el Señor de todo sea el Salvador de los pecadores? Tenemos un amigo en el tribunal, sí, un amigo sobre el trono. Usará él toda su influencia a favor de los que entreguen sus asuntos en sus manos. Bien dice uno de nuestros himnos:

“Para siempre vive exaltado
Ante el trono Príncipe y Salvador,
Cristo, quien es hoy mi Abogado,
¿Cómo puede para mi haber temor?”

Ven amigo, y entrega tu causa en esas manos que una vez fueron traspasadas, pero que hoy están glorificadas con los sellos del poder real y soberano. Jamás se perdió una causa confiada a tan poderoso Abogado.

Preguntas de estudio para la Parte 14: Mi redentor vive

“Mi Redentor vive.” - Job 19:25

Vive eternamente

1. ¿Por qué es importante que Jesús haya resucitado de los muertos y esté vivo, en lugar de haber sólo muerto por nuestros pecados?

Gloria y poder

2. a. Describa la gloria y el poder que ahora pertenecen a Jesús.
b. ¿Cuál es la consecuencia para los que llama a ser salvos?

A favor nuestro

3. ¿Cuál es su propia reacción al hecho de que Jesús usa toda su exaltación y habilidad a favor de usted personalmente, cuando lo llama a ser salvo?

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