Nine Marks of a Healthy Church/A Biblical Understanding of Conversion/es

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Arrepentimiento y Fe

En el año de 1878, en la primera reunión de nuestra iglesia, adoptamos una declaración de fe. Fue una versión más fortalecida de la Confesión de Fe de New Hampshire en 1833. Esta confesión vino a ser la base para el Mensaje y la Fe Bautista, adoptada por la Convención de las Iglesias Bautistas del Sur, en 1925, y de nuevo, en una versión revisada y suavizada, en 1963. En nuestra declaración de Fe, en el Artículo VII se lee lo siguiente:

Creemos que el Arrepentimiento y la Fe son trabajos divinos, y que son gracias inseparables, efectuados en nuestras almas por medio de la regeneración del Espíritu Santo; por lo cual estando profundamente convencidos de nuestra culpa, peligro y desesperanza, y del camino de salvación por medio de Cristo, nos volvemos a Dios con una genuina contrición, confesión y súplica por misericordia; al mismo tiempo recibiendo de todo corazón al Señor Jesucristo como nuestro Profeta, Sacerdote y Rey, confiando solamente en Él como el único y suficiente Salvador.

La Conversión es la Obra de Dios en Nosotros

Es de notar lo que esta declaración dice acerca de nuestra conversión, de nuestro volver. Nos volvemos porque estamos “profundamente convencidos de nuestra culpa, peligro y desesperanza, y del camino de salvación por medio de Cristo.” ¿Y cómo es que sucede este volvernos, el cual está compuesto de fe y arrepentimiento? Esto es “efectuado en nuestras almas por medio de la regeneración del Espíritu Santo.” La Declaración de Fe cita dos pasajes de las Escrituras para apoyar esta idea: Hech. 11:18, “Al oír esto se apaciguaron y alabaron a Dios diciendo: ¡Así que también a los gentiles les ha concedido Dios el arrepentimiento para vida!” Y Efesios 2:8, “Porque por gracia han sido ustedes salvados mediante la fe, esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios.”

Si básicamente nuestra conversión se entendiera como algo que hacemos nosotros mismos en lugar de que es Dios el que hace algo en nosotros, no sería la interpretación correcta. Ciertamente, la conversión incluye nuestra acción, por lo que debemos hacer un compromiso sincero, y una decisión completamente conciente. Aun así, la conversión es mucho más que eso. Las Escrituras son claras al enseñar que no todos estamos yendo hacia Dios, algunos han encontrado el camino, mientras que otros todavía lo están buscando. En lugar de esto, Las Escrituras nos presentan la necesidad de tener nuestros corazones reemplazados, nuestras mentes transformadas y nuestros espíritus vivificados. No podemos realizar ninguno de estos actos. El cambio que cada humano necesita, sin considerar la apariencia que podamos mostrar, es radical, tan cerca de nuestra raíz humana, que solo Dios puede hacerlo. Necesitamos que Dios nos convierta.

“Tú no Eres uno de los del Señor!”

Recuerdo la historia de Spurgeon, que mientras caminaba en Londres un hombre ebrio se le acercó y apoyándose en un poste de luz, le dijo, “¡Oiga, Sr. Spurgeon, yo soy uno de sus convertidos!”, a lo que Spurgeon contestó, “¡Tal vez eres uno de los míos, pero con seguridad no eres uno de los del Señor!”

“Testimonio Invertido” de la Iglesia

Uno de los resultados de malinterpretar la enseñanza de la Biblia en cuanto a la conversión es que las iglesias evangélicas están llenas de personas que hacen un sincero compromiso en cierto punto de sus vidas, pero que evidentemente no han experimentado el cambio radical que la Biblia presenta como conversión. Según un estudio reciente realizado por la Convención de los Bautistas del Sur, los Bautistas del Sur (mi propia denominación) tienen un alto índice de divorcios que sobrepasa al promedio nacional de Los Estados Unidos. La causa de este “testimonio invertido” entre estos seguidores de Cristo de buena reputación debe de ser, por lo menos en parte, debido a una predicación no bíblica acerca de lo que significa la conversión

Los Frutos son Evidencias de la Conversión

En realidad, la conversión no necesita una experiencia fogosa emocional, pero debe ser evidenciada por sus frutos, si es en realidad lo que la Biblia considera una conversión real. El entendimiento bíblico de lo que significa la conversión es una de las marcas de una iglesia saludable.

Preguntas para Reflexionar

  1. Lea Hechos 11:18. ¿Cuál es la enseñaza de este pasaje acerca del origen último del arrepentimiento? ¿Es el arrepentimiento ultimadamente el resultado de la decisión unilateral del hombre en volverse a Dios, o es el resultado de la obra de la regeneración de Dios en el corazón humano?
  2. Lea Génesis 6:5 y Romanos 8:7. Describa la condición del corazón del hombre bajo el pecado. ¿Cómo presenta la Biblia la habilidad del hombre para complacer a Dios o para decidir por sí mismo el volver a Dios?
  3. Lea Efesios 2:1-10. Dios efectúa un gran cambio en nuestros corazones por la obra de la conversión. ¿Cómo explica este pasaje el efecto de tal cambio? ¿Puede el hombre producir esto por sí mismo con un gran esfuerzo?
  4. Encuestas recientes reportan que cristianos evangélicos profesantes en América del Norte, tienen un promedio de divorcios más alto que el promedio nacional. ¿Cuál sería una de las razones para esto? ¿Cuál es la enseñaza bíblica acerca de las evidencias o “frutos” de la obra de la regeneración del Espíritu de Dios en la vida de una persona?
  5. En siglos anteriores los cristianos eran bautizados normalmente cuando comenzaban su adultez (por ej. entre 17 y 20 años). ¿Cuáles podrían ser las razones de tal cambio en edad entre los cristianos bautistas en el último siglo? ¿Porqué es esto importante?
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