X-ray Questions: Drawing Out the Whys and Wherefores of Human Behavior/es

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“¿Por qué lo hice?”

¿Por qué reacciona usted de ese modo? ¿Por qué usa esas palabras y ese tono de voz? ¿Por qué piensa o siente así? ¿Por qué no olvida ese aspecto concreto de lo que ocurrió? ¿Por qué hace esa elección para esta situación? ¿Por qué anticipa posibles resultados?

La pregunta “¿Por qué?” lanza miles de teorías sobre la naturaleza humana. ¿Por qué actúan las personas como lo hacen? La “respuesta” a esta pregunta está sujeta a cada análisis de la personalidad humana y a cada intento por solucionar lo que mantiene enferma a la raza humana. Un vistazo sobre las motivaciones organiza y colorea cada detalle de la teoría y la práctica. ¿Se quedó usted inmóvil en algún punto de la jerarquía de las necesidades? ¿Está determinado genéticamente hacia la agresividad? ¿Son el culpable las hormonas furiosas? ¿Su instinto lo lleva a conflicto con lo establecido por la sociedad? ¿Sus impulsos se han visto reforzados por estímulos de recompensa? ¿Es usted Aries con ascendente de Júpiter? ¿Es usted un niño adulto por una experiencia traumática que lo marcó? ¿Se está compensado por inferioridades que percibe, intentando adquirir mejor autoestima? ¿Produjo un demonio llamado “Adicción” una grieta en su personalidad? ¿Falló su fuerza de voluntad? ¿Desconoce la doctrina correcta? ¿Es usted de temperamento sanguíneo o melancólico, optimista o pesimista, introvertido o extrovertido? ¿Está inmerso en una falsa consciencia ideológica que caracteriza a su clase social? ¿Sus monólogos distorsionan la base para una identidad y autoestima? “Hice esto, pensé aquello, sentí así porque…” Las razones son más complicadas de lo que parece.

Las teorías sobre lo que aprueban las personas se encarnan en modelos de consejo. Las explicaciones son postes indicadores de las soluciones: medicarse, volver a ser padres, expulsar un demonio, satisfacer sus necesidades, no tomar decisiones importantes en días que se antojan malos, reprogramar su monólogo interior, explorar su dolor. Las supuestas razones y las respuestas apropiadas son discutidas con fiereza. En cualquier biblioteca universitaria, cientos de yardas de estanterías de libros recogen y recogen estas discusiones. El Señor Dios tiene mucho que decir sobre este tema, sopesándolo con Su propia opinión. Él refuta enérgicamente a los contendientes y a los falsificadores demostrando que las motivaciones humanas están relacionadas con Él. Un consejo que pretenda surgir de las Escrituras debe hacer justicia con lo que Dios dice acerca de los por qué y las razones del corazón humano. Las Escrituras afirman que descubren “los pensamientos y las intenciones del corazón” según los criterios específicos con los que el Buscador de corazones evalúa lo que Él ve en nosotros (He 4:12f).

La siguiente “radiografía de preguntas” facilita una ayuda para discernir el modelo de las motivaciones de una persona. Las preguntas pretenden ayudar a las personas a identificar y descubrir a los señores impíos que ocupan puestos de autoridad en sus corazones. Estas preguntas ponen de manifiesto a “dioses funcionales”, qué o quién controla realmente acciones específicas, pensamientos, emociones, actitudes, recuerdos y expectativas. Fíjese bien, a menudo los “dioses funcionales” en una situación concreta están diametralmente opuestos al "Dios verdadero".

Piense en cuando se siente ansioso, preocupado y lleno de inquietud. Ocurrió algo que no puede sacarse de la cabeza; ahora está ocurriendo algo que lo está consumiendo; mañana ocurrirá algo a lo que su mente no deja de darle vueltas pensando en cada posible imprevisto. Mientras que el pecado de la preocupación aprieta su desagradable lazo en su alma, puede que usted salte hacia una vía rápida vía de escape para solucionarlo: asalte la heladera, vea la tele, se masturbar, lea una novela, vaya de compras, beba una cerveza, juegue a algo o quizás se movilice para tomar el control: hacer una larga lista de llamadas, trabajar durante toda la noche, conseguir una facción de partidarios, limpiar su casa, enojarse. ¿Por qué está pasando todo esto?

Como cristiano usted profesa que Dios controla todas las cosas y hace que todo ocurra para Su gloria y el ulterior bienestar de usted. Profesa que Dios es su roca y su refugio, una ayuda siempre presente ante cualquier problema que tenga que afrontar. Usted profesa que Lo adora, confía en Él, Lo ama, Lo obedece. Pero en ese momento, hora, día o temporada de ansiedad, huida o descontrol, usted vive como si necesitase controlarlo todo. Vive como si el dinero, la aprobación de alguien, un sermón “exitoso”, una puntuación, un examen, la salud, evitar un conflicto, salirse con la suya, etc., importase más que confiar y amar a Dios. Vive como si algo que lo hace sentir bien temporalmente pudiera darle refugio, como si sus acciones pudieran arreglar el mundo. Su dios funcional compite contra el Dios que usted profesa. Los incrédulos están completamente dominados por motivaciones impías. Los verdaderos creyentes están a veces severamente comprometidos, distraídos y divididos. No obstante, la gracia nos reorienta, purifica y nos vuelve a nuestro Señor.

La obra transformadora de Cristo en nuestras vidas trabaja simultáneamente en dos dimensiones, la “vertical” y la “horizontal”, el por qué y el cómo. Dios siempre está reorientando tanto nuestra adoración como nuestro caminar, nuestras motivaciones y nuestro estilo de vida. Pablo resume el objetivo de su ministerio de este modo: Pero el propósito de nuestra instrucción es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera (1 Ti. 1:5). La renovación de las relaciones horizontales la resume el amor. Un corazón puro, una buena conciencia y una fe sincera atraen la reconfiguración de la relación vertical. Un corazón impuro o de doble ánimo sirve a mucho señores. Una conciencia mala o distorsionada malinterpreta, se equivoca y no evalúa bien, fracasando para entender la vida al modo de Dios. Una fe hipócrita declara, canta y ora de una manera pero confía de otra cuando algo comienza a presionar. La deserción del corazón, la conciencia y la fe produce pecados específicos; la restauración del corazón, la conciencia y la fe produce una obediencia específica. Este artículo explorará en la dimensión vertical que guía y promueve (causa) la dimensión horizontal.

Observe que cada pregunta se mueve alrededor del mismo tema esencial: ¿qué o quién es su Dios o dios funcional? Muchas de las preguntas se desprenden simplemente de los verbos que lo relacionan con Dios: amar, confiar, temer, esperar, buscar, obedecer, refugiarse y semejantes. Cada verbo nos tiende una lámpara para guiarnos a Él que es el camino, la verdad y la vida. Sin embargo, cada verbo puede que también nos vuelva hacia una pregunta, sosteniendo un espejo que nos muestra dónde estamos extraviados. Cada pregunta conduce a la misma pregunta general. En situaciones particulares, diferente tiempo, lugar, personas, unas u otras pueden ser más útiles o apropiadas. Las diferentes maneras de formular las preguntas sobre las motivaciones tocarán a la puerta de cada persona.

Las preguntas que vienen a continuación son preguntas de "¿Por qué" formuladas concretamente como "¿Qué?". Estas preguntas pueden ayudarlo a descubrir lo que da sentido específico a la vida de una persona. Usted no va a mirar en el corazón de nadie pero puede hacer preguntas inteligentes como “¿Por qué está enojado? ¿Por qué lo está manipulando? ¿Por qué está ansioso ante esta situación? ¿Por qué tiene problemas con la codicia en ese momento en particular? ¿Por qué bebe hasta el exceso?” La Biblia, la palabra del Buscador de corazones que penetra e ilumina, se preocupa por penetrar más allá del comportamiento y las emociones para exponer las razones, para ponernos al descubierto delante de Él que es ante quien tenemos que dar cuentas. La reorientación de las razones a través de la gracia del evangelio puede venir cuando hay convicción de que existen formas específicas de desorientación.

Estas preguntas pueden emplearse de diversas maneras. Cada una puede analizarse “al microscopio” para diseccionar los detalles de un incidente concreto en la vida de una persona o también pueden analizarse para ofrecer una "mayor perspectiva", para iluminar modelos típicos y recurrentes que caracterizan la vida entera de una persona. A lo largo de la vida de un consejero encontrará (aparte de su propio crecimiento en la gracia) que los detalles y el panorama se complementan entre sí. El panorama aislado es demasiado general, el cambio sucede en situaciones específicas; los detalles aislados parecen triviales, el panorama le aporta mucho significado a esos pequeños detalles.

Las referencias bíblicas están pensadas para ser los detonantes que lo hagan pararse a pensar. Las personas apenas arañan la superficie del tratamiento que la Biblia da a las motivaciones humanas. Asegúrese de hacer en primer lugar las preguntas “existenciales”. ¿Qué lo está motivando a usted o a otro? No acuda hacia la “respuesta cristiana correcta” sin trabajar duro y honestamente para analizar “dioses funcionales” que pervierten. Un arrepentimiento inteligente traerá respuestas correctas que así lo serán y hará que el amor de Jesús sea su alegría y esperanza.


1.¿Qué ama? ¿Qué odia? 1

Esta pregunta sobre el “primer gran mandamiento” descubre su corazón, alma, mente y fuerza. No hay otra pregunta más profunda que hacerle a alguien. No hay una explicación más profunda para el por qué hace lo que hace. Un amor desordenado secuestra nuestros corazones de nuestro justo Padre y Señor.


2.¿Qué quiere, anhela, ansía, codicia y desea? ¿Cuáles son los deseos a los que sirve y obedece? 2

Esto resume las operaciones internas dirigidas por los deseos de la carne descritas en las cartas del Nuevo Testamento. "Haré según mi voluntad" y "Quiero..." son a menudo bastante cómodos. Diversos son los deseos que gobiernan a las personas por lo que vaya por los detalles de esta persona, ahora, en esta situación. Dese cuenta de que en ocasiones es la voluntad de otra persona la que lo está gobernando (presión de los colegas, agradar a otras personas, ser como un esclavo o un comportamiento camaleónico). En tales casos, lo que ansía su corazón es obtener algo bueno que le están prometiendo y evitar cualquier cosa mala con la que lo amenacen: “Ansío que me incluyan, aprecien, acepten y admiren”.


3.¿Qué busca, aspira, persigue? ¿Cuáles son sus objetivos y expectativas? 3

Esto manifiesta en concreto que su vida es activa y se dirige en una dirección. Estamos repletos de propósitos. La motivación humana no es pasiva como si necesidades programadas, instintos o impulsos estuvieran controlados desde fuera siendo “incumplidas”, “frustradas” o "condicionadas”. Las personas son verbos activos.


4.¿Dónde atesora sus esperanzas? 4

La dimensión futura es prominente en la interpretación de Dios sobre las razones humanas. Las personas sacrifican todas sus energías para alcanzar lo que anhelan. ¿Y qué es? Las personas desesperadas han tenido deseos malditos. ¿Cuáles fueron esas esperanzas hechas añicos?


5.¿Qué teme? ¿Qué es lo que no quiere? ¿Qué es lo que tiende a preocuparle?5

Los temores pecaminosos invierten las ansías. Si quiero evitar algo a toda costa (pérdida de su reputación, de control, pobreza, enfermedad, rechazo, etc), me gobierna un temor codicioso.


6.¿Qué siente que quiere hacer?6

Esto es la continuación de la charla para la segunda pregunta, ¿qué desea? Ser "orientado por los sentimientos" significa hacer de sus necesidades su guía: “Siento que quiero maldecirlo. No me siento con ganas de hacer mis tareas”.


7. ¿Qué piensa que necesita? ¿Qué siente que le hace falta? 7

Las preguntas 2 y 3 exponen sus objetivos en términos de actividad y búsqueda. Esta pregunta revela sus objetivos en términos de lo que usted espera recibir, obtener y conservar. La sensación de necesidad se toma frecuentemente como necesidades manifiestas que hay que obtener y no como señores engañosos que esclavizan. Nuestra cultura de la necesidad refuerza los instintos y hábitos de la carne. En la mayoría de casos, la sensación de necesidad de una persona es palabrería para demandas idólatras de amor, comprensión, sensación de tener el control, afirmación y logro.


8. ¿Cuáles son sus planes, compromisos, estrategias e intenciones por lograr? 8

Esta es otra manera de medir lo que se persigue. El egocentrismo que acecha incluso los planes que parecen más nobles puede ser atroz. Nadie afirmará nunca: “la expansión de nuestra iglesia en una súper iglesia me hará famoso, rico y poderoso”, pero tales razones son comunes y corrientes en la naturaleza humana. Su presencia incluso encubierta, pervertirán y mancharán las acciones de uno de una manera u otra.


9. ¿Qué lo hace moverse? ¿Alrededor de qué sol gira su planeta? ¿Dónde encuentra el jardín de sus delicias? ¿Qué ilumina su mundo? ¿De qué fuente de vida, esperanza y delicia bebe usted? ¿Qué alimento sustenta su vida? ¿Qué es realmente importante para usted? ¿Qué castillo de cuento de hadas construye en las nubes? ¿Qué sueños lo atormentan o lo aterrorizan? ¿Alrededor de qué organiza su vida? ¿Qué brújula lo orienta? 9

Muchas metáforas impactantes pueden expresar la pregunta: "¿para qué está viviendo usted realmente?" Dese cuenta de que ser gobernado, por ejemplo, por una profunda sed de intimidad, logro, respeto, salud o riqueza no los hacen deseos legítimos y sin problemas. Funcionan de manera perversa, poniéndonos en el centro del universo. Nosotros estamos hechos para anhelar supremamente al Señor mismo, al Dador, no Sus dones. La ausencia de bendiciones (rechazo, vanidad, injurias, enfermedad, pobreza) es a menudo el crisol en el que aprendemos a amar a Dios por ser Dios. En nuestra idolatría instalamos los dones como bienes supremos y convertimos al Dador en el chico errante de deseos ambulantes.


10. ¿Dónde encuentra refugio, protección, comodidad, escape, disfrute o seguridad? 10

Esta es la pregunta de los salmos, desenterrando sus falsas confianzas, sus vías de escape que sustituyen al Señor. Esta pregunta aborda de manera muy útil muchos de estos "comportamientos adictivos". A menudo surgen en el contexto de las presiones y los problemas de la vida, funcionando como falsos refugios.


11. ¿En qué o quién confía? 11

Confiar es uno de los verbos principales que lo relacionan con Dios, o con mentiras y falsos dioses. Los salmos decisivos respiran confianza en nuestro Padre y Pastor. En su lugar, ¿dónde pone su confianza para dirigir su vida, dónde cimienta su vida? ¿En otras personas? ¿En sus capacidades o logros? ¿En su iglesia o tradición teológica? ¿En sus posesiones? ¿En dietas, ejercicios y cuidados médicos?


12. ¿Qué actuación importa? ¿En qué hombros descansa el bienestar de su mundo? ¿Quién puede mejorarlo, hacer que funcione, que sea seguro y que sea próspero? 12

Esto desentierra autojustificación, vivir mediante sus hijos o esperanzas fijas de tener la clase correcta de esposo o esposa y así sucesivamente.


13. ¿A quién quiere agradar? ¿Qué opinión sobre usted es la que cuenta? ¿De quién espera aprobación y teme el rechazo? ¿Con qué escala de valores se mide? ¿Ante los ojos de quién está viviendo? ¿De quién necesita amor y aprobación? 13

Cuándo se pierde a Dios, se entra en una selva de confusión. Usted tiende a vivir ante sus propios ojos o ante los de los demás, o ambos. Los "ídolos sociales" toman numerosas formas concretas: aceptación o rechazo, ser incluido o excluido, aprobación o crítica, afecto u hostilidad, adoración o subestima, privacidad o alienación, ser comprendido o burlado.


14. ¿Quién es su modelo para comportarse? ¿Qué clase de persona cree que tiene o quiere ser? 14

Su “ídolo” o “héroe” lo descubre. Esas personas encarnan la “imagen” hacia la que usted aspira.


15. En su lecho de muerte, ¿qué logro haría que su vida hubiera valido la pena? ¿Qué le da sentido a su vida? 15

Esta es una pregunta de Eclesiastés. Este libro examina decenas de opciones y encuentra todas finalmente vanas menos una. En alguna ocasión, ¡traduzca Eclesiastés 2 a sus equivalentes modernos!


16. ¿Cómo define y sopesa el éxito o el fracaso, lo correcto de lo incorrecto, lo deseable de lo indeseable en una situación particular? 16

Los modelos que usted sirve y emplea pueden estar totalmente distorsionados. Dios piensa en renovar su “consciencia” por la que usted se evalúa así mismo y a los demás. Si usted aborda la vida "con su propio entendimiento” o “ante sus propios ojos", vivirá como un loco.


17. ¿Qué lo haría sentirse rico, seguro, próspero? ¿Qué tiene que obtener para que la vida sea vibrante? 17

La Biblia a menudo emplea la metáfora del tesoro o de la heredad para hablar de la motivación.


18. ¿Qué le aportaría el mayor placer, felicidad y deleite? ¿El mayor dolor y miseria? 18

La bendición y la maldición son los modos en los que la Biblia habla de la felicidad y de la aflicción. ¿De qué manera calcula dónde y cómo encontrar bendición? Su cálculo le revela para lo que está viviendo.


19. ¿La llegada de qué político al poder mejoraría las cosas? 19

Esto no solía darse tanto entre los americanos como en otros países donde la política es un importante foco de esperanzas idólatras. Pero mientras el consenso cultural va fracasando, muchas personas ponen sus esperanzas cada vez más en el poder político.


20. ¿Qué éxito o victoria haría que su vida fuese feliz? ¿Cuál es su definición de éxito o victoria? 20

¿Cómo se revela por inercia el interés personal? Hay personas que "viven y mueren" en base al resultado del equipo local, el balance financiero de su compañía, una puntuación media o su apariencia física.


21. ¿Qué considera como sus derechos? ¿A qué cree que tiene derecho? 21

Esta pregunta a menudo ilumina bien el modelo motivacional de las personas airadas, apenadas, auto-justificadas y autocompasivas. Nuestra cultura de los derechos refuerza los instintos y los hábitos. ¿”Merezco yo…”?


22. ¿En qué situaciones se siente presionado o tenso? Cuando se siente presionado, ¿hacia quién se vuelve? ¿En qué piensa? ¿Cuáles son sus vías de escape? ¿De qué escapa? 22


Esta pregunta se vuelve importante desde una orientación ligeramente distinta. Muchas veces algunos modelos específicos de pecado dependen de la situación. Burlarse de aspectos importantes de una situación puede ser el espejo de las motivaciones del corazón. Cuando hablar en público lo tensa, quizás su corazón está gobernado por su propia actuación ante los ojos de los demás (temor al hombre y orgullo). Cuando pagar las facturas genera ansiedad, quizás un ídolo de la codicia está funcionando en usted.


23. ¿Qué espera conseguir de la vida? ¿Qué recompensa espera obtener de las cosas que hace? "¿Qué saca haciendo esto?" 23

Este es un modo concreto de reformular las preguntas 3 y 8, desenterrando sus objetivos operacionales. Ídolos, mentiras y ansías prometiendo cosas buenas. Sirva a Baal y le proporcionará fertilidad. Consiga que ese chico tan guapo se fije en usted y se sentirá bien consigo misma. Consiga 100 000 $ y avergonzará a aquéllos que pensaban que nunca en la vida lo lograría.


24. ¿Por qué ora? 24

Sus oraciones le muestran a menudo el modelo de su desequilibrio y egocentrismo. De todas las cosas posibles que se pueden pedir, ¿en qué se concentra? La oración es sobre deseos, pedimos por lo que queremos. ¿Sus oraciones reflejan los deseos de Dios o de la carne?


25. ¿En qué es lo que piensa más a menudo? ¿Qué le preocupa o le obsesiona? Por la mañana, ¿hacia qué se desvía su mente instintivamente? ¿Cuá es su "pensamiento"? 25

¡Ponga un espejo delante del desvío para que pueda volver a su recorrido!


26. ¿Sobre qué habla? ¿Qué es importante para usted? ¿Qué actitudes transmite? 26

Ésta y la siguiente pregunta suponen la conexión más cercana posible entre las razones y el comportamiento. Observe lo de lo que prefieren hablar las personas y cómo lo dicen. Nuestras palabras proclaman lo que adora nuestro corazón.


27. ¿Cómo emplea su tiempo? ¿Cuáles son sus prioridades? 27

Observe lo que los demás y usted deciden hacer. Es un poste indicador de la lealtad bajo la que opera el corazón.


28. ¿Cuáles son sus fantasías típicas tanto agradables como aterradoras? ¿Ensueños? ¿Sobre qué giran sus sueños durante la noche? 28

Aún somos seres humanos responsables incluso cuando estamos más o menos separados de la conciencia. Su modelo de preocupación y deseo se revelan en la ensoñación.


29. ¿Cuáles son las creencias funcionales que controlan su interpretación de la vida y determinan su manera de actuar? 29

Hebreos 4:12 habla de los “pensamientos e intenciones” del corazón. Quizás podríamos interpretarlo como “creencias y deseos”. Tanto las mentiras en las que cree y la codicia que persigue apoya pecados visibles. Las creencias operativas y funcionales de una persona controlan las respuestas. El modo en el que entiende a Dios, a usted mismo, a los demás, al demonio, lo bueno y lo malo, lo verdadero y lo falso, el pasado, presente, futuro… tiene efectos dominantes.


30. ¿Cuáles son sus ídolos o falsos dioses? ¿En qué pone su confianza o sus esperanzas? ¿Hacia qué se vuelve o qué busca? ¿Dónde se refugia? ¿Quién es el salvador, juez, controlador, proveedor, protector en su mundo? ¿A quién sirve? ¿Qué "voz" lo controla? 30

Esta lista completa de 35 preguntas busca las cosas que usurpan a Dios. De manera metafórica, cada una de ellas puede denominarse un “ídolo” al que usted es fiel. Las voces que escucha imitan rasgos específicos de Dios. Comience a indicarlas en los detalles de su vida vivida y su capacidad para tratar con la dimensión vertical de una manera relevante y específica madurará.


31. ¿Cómo vive para si mismo? 31

Esta es una manera general de preguntar cualquiera de estas preguntas. “Si mismo” toma miles de formas y disfraces.


32. ¿Cómo es su vida como esclavo del maligno? 32

La motivación humana no es puramente “psicológica”, “psicosocial” o “psicosomática”. Cuando sirve a la codicia y a las mentiras, está sirviendo a un enemigo personal que desea engañarlo, esclavizarlo y asesinarlo. La motivación humana es "de pactos" en su totalidad. Puede que sirva al demonio o puede que sirva al Señor, pero como dijo Bob Dylan, va a tener que servir a alguno de los dos.


33. Implícitamente, ¿cómo dice “Si tan solo…” (para conseguir lo que quiere, evitar lo que no quiere, conservar lo que tiene)? 33

Los “si tan solo” son palabrería que pueden destapar muchos temas de motivación con el fin de crear auto-comprensión y arrepentimiento bíblico.


34. Instintivamente, ¿qué le parece y siente como lo correcto? ¿Cuáles son sus opiniones, las cosas que siente que son verdad? 34

Usted no sólo “siente” que tiene que hacer ciertas cosas (pregunta 6), también "siente" que ciertas cosas son verdad. Por el contrario, la sabiduría es corregible mientras que se escucha y se aprende.


35. ¿Dónde encuentra su identidad? ¿Cómo define quién es? 35

La Biblia dice cosas radicales sobre el auto-conocimiento, identidad y los tipos de auto-evaluación (“consciencia”). Los lugares en los que las personas buscan identidad son pozos secos.

Esta muestra de preguntas lo llevará a pensar de un modo fructífero acerca de cómo la vida humana es absolutamente de relación con Dios. Permítame que acentúe tres puntos que he encontrado particularmente útiles para mantener la orientación tanto para aconsejar como para buscar arrepentimiento por mis propios pecados. En primer lugar, mi regla general es una pregunta de dos caras: ¿Qué mentiras y codicias se expresan mediante este pecaminoso modelo de vida? Cave bajo la irritación, egoísmo, desesperanza, fuga, auto-justificación, auto-compasión, temores agobiantes, queja - lo que sea – y encontrará un mosaico de mentiras concretas que se creyó y ansias perseguidas. Las Escrituras lo equipan para atraparlas y sacarlas a la luz.

En segunda lugar, los verbos que relacionan a las personas con Dios deben convertirse en una parte activa de su pensamiento. Las personas siempre están tratando con Dios. Los seres humanos aman innegablemente a Dios, o aman otra cosa. Nos refugiamos en Dios, o en otra cosa. Ponemos nuestras esperanzas en Dios, o en otra cosa. Tememos a Dios, o a otra cosa. Las Escrituras cobrarán vida de una nueva forma conforme desarrolle un estado de alerta ante la forma en la que los verbos del "hombre delante Dios" se agotan en la vida real. Esa perspectiva concede una poderosa perspectiva tanto para el consejo evangelístico como para ayudar a crecer a los santos.

En tercer lugar,al ver que toda motivación está relacionada con Dios, usted verá que lo que está mal en nosotros clama por una solución de Dios: gracia, paz, poder y presencia de Jesucristo. La motivación humana trata de la dimensión vertical. Las buenas noticias de Cristo son que no hay añadidos, no existe un camino religioso para conocer los deseos y necesidades antes de que existan. Vivir la fe en Jesucristo es la única motivación sensata, la alternativa radical a las miles de formas de perversión.

La santificación pretende purificar tanto el corazón como los miembros, cambiar las razones y el comportamiento; importan los dos. Imagínese sentado en una colina observando un lago. Está mirando una lancha motora por el agua, ve y oye su “comportamiento”: acelera desde el muelle, da un amplio giro, bota dejando una estela a gran velocidad y de repente, apaga el motor, deambula hacia la orilla de una isleta y echa el ancla por la borda. ¿Por qué se comportó de ese modo? Si usted fuera capaz de aumentar el zoom, descubriría sus "razones". Vería lo qué daba fuerza y dirigía la lancha: un motor interior V-8, un timón y un volante, los pensamientos y las intenciones del piloto. ¿Por qué fue el bote a la isla? ¿Para encontrar un tesoro oculto? ¿Escapar de la policía? ¿Irse con la familia de picnic? ¿Probar el bote antes de una posible compra? ¿Para hacerle señales a alguien que pase porque se quedó sin gasolina? Para poder comprender y “ayudar” totalmente a la lancha motora, debe conversar sobre lo visible y lo invisible, tanto el comportamiento como la razón. La Biblia establece tanto los resultados como las razones. Para evaluar y “aconsejar” a la lancha motora, tiene que buscar todo lo que se pueda saber.

El que Conoce los corazones recompensará a cada uno según sus obras (Jeremías 17:10). Las Escrituras nunca separan razón de comportamiento. El espejo de las Escrituras expone los dos. La lámpara de las Escrituras guía a ambos. La gracia y el poder de Jesucristo cambiar tanto la raíz como el fruto. El "primer gran mandamiento" se dirige a raíces motivacionales: ¿ama a Dios con todo su corazón, alma, mente y fuerza? ¿O hay algo más que divide y roba su afecto? El "segundo gran mandamiento" se dirige a los frutos del comportamiento: ¿Ama a su prójimo como así mismo? ¿O abusa, intimida, asusta, evita, odia, ignora a su vecino? El evangelio de la gracia saca de nosotros el corazón de piedra, enseñándonos a conocer a Dios, la gracia reemplaza las manos y la lengua que obra el mal, enseñándonos a vivir vidas más hermosas.

Cualquiera de estas 35 preguntas pueden hacerse directamente a una persona de esta forma o de otra adapta apropiadamente, pero no siempre son preguntas para hacerse directamente. A veces es mejor escuchar y observar simplemente, revisando el fruto de la vida de una persona para llegar a los modelos que puedan indicar los compromisos por los que funciona su corazón. Recuerdo cuando observé cómo un hombre al que aconsejaba se disculpaba profusamente con signos evidentes de agitación y estrés cada vez que llegaba con unos minutos de retraso. Estas pequeñas cosas "concordaban” con otras piezas del puzzle que no habían tomado aún forma suficiente durante nuestras conversaciones. Mientras se iban desvelando, el hombre llegaba tarde porque no podía desligarse de otras personas, de llamadas o visitantes por temor a que no lo apreciasen. Se disculpaba profusamente conmigo porque tenía miedo de que no lo quisiese. Tenía pocos compañeros de verdad pero a la vez idealizaba a seres superiores o menospreciaba a seres inferiores. Esas pequeñas porciones de fruto (las razones de su retraso, agitación momentánea, disculpas desordenadas, polarizados puntos de vista sobre los demás) nos condujeron al modelo que enseñoreaba su vida: las personas muy grandes y Dios muy pequeño (Proverbios 29:25). Ese entretejido de orgullo y temor al hombre es un desorden fundamental en nuestros corazones desordenados. Eso nos dirigió directamente a Jesucristo digno de confianza. Las explicaciones son indicadores hacia las soluciones. Este hombre encontró perdón y el poder para confiar en un nuevo Señor. Aprendió a ejercer cambios prácticos. En lugar de amedrentarse o engrandecerse, comenzó a amar a las personas con un realismo y ternura crecientes mientras que crecía para ver a los demás básicamente como a él.

Permítame finalizar con un último caso de estudio. Una vez aconsejé a un hombre que habitualmente escapaba de las presiones de la vida viendo la tele, comiendo, jugando a videojuegos, bebiendo, con pornografía, coleccionando antigüedades, leyendo novelas de ciencia ficción o entrenando en el gimnasio. Abandonaba el amor a su esposa y a sus hijos, flojeaba en el trabajo, era evasivo y engañoso en cuanto a su comunicación con los demás, iba por compromiso a la iglesia. ¿Por dónde empezar? Había muchos problemas, muchísimos pecados tanto de comisión como de omisión. ¿Cómo podía analizar estos problemas? No estaba seguro de por dónde empezar. Entonces me sacudió: ¡prueba con los salmos como un todo! Casi cada salmo en solitario, de alguna u otra manera, retrata al Señor como nuestro refugio ante los problemas, como el centro de nuestras esperanzas. De manera implícita y explícita, los salmos reprochan el refugiarse en otra cosa, los salmos ofrecen amor y misericordia firmes, los salmos nos animan a conocer y a obedecer a Dios en las trincheras de la vida. Este hombre se sentía ligeramente culpable por algunos de sus malos comportamientos pero no era consciente del modelo o de la gravedad de lo que estaba viviendo. Ansiaba la facilidad, control, comodidad y manifestaba sus deseos de decenas de formas. Sus esfuerzos por cambiar se quedaban a medias. La convicción sobre el pecado concreto de su corazón (dar la espalda al Dios vivo para buscar refugios idólatras) lo despertó y vio su comportamiento pecaminoso de una nueva manera. Su necesidad por lo que Dios ofrecía, gracia sobre gracia para una vida de fe obrada a través del amor, comenzó a arder en su interior. Mientras se hacía la luz sobre sus modelos, comenzó incluso a identificar pequeños trucos para escapar de los que nunca antes se había percatado ni había relacionado con los pecados más destacados, como por ejemplo: modos en los que empleó (abusó) del humor, se daba sutiles excusas así mismo o se sentía apesadumbrado. Dios "parecía estar lejos" al principio del proceso, cuando este hombre se encontraba retenido por la niebla. Sin embargo, cuando el proceso comenzó a desarrollarse, Dios parecía muy, muy cercano, relevante y querido. La gracia de Cristo se hizo muy real y necesaria. Este hombre se motivó para un cambio práctico, para afrontar las presiones y las responsabilidades, para aprender a amar a los demás, para la gloria de Dios.



Este ejemplar de Journal Biblical Counseling (JBC) contiene una mezcla de ideas y consejos que confío que encuentre motivadoras y alentadoras tanto en su manera de pensar y en su ministerio con los demás.

Nuestros dos primeros artículos se centraban en lo tangible que puede llegar a ser el amor expresado en el ministerio de consejo. La palabra y la obra cooperan. En Counseling Children (“Aconsejando a niños"), Earl Cook (con prefacio de Paul Tripp) debate e ilustra cómo ministrar el amor y la verdad de Cristo a la oveja más joven. En sus comentarios encontrará un compromiso profundo y práctico para entrar en el mundo del niño. Sus acciones y actitudes encarnan el mismo amor y verdad que hablan sus palabras.

Counseling Ministry Within Wider Ministry (“Ministerio de consejo dentro de otro gran ministerio") presenta un entrevista con John Babler y trae al panorama un tipo diferente de ministerio de la encarnación. Balber describe cómo el amor por las personas se encuentra en momentos de necesidad física, material o social, creando por ende contextos poderosos para un evangelismo personalizado y discipulado.

Nuestros dos próximos artículos ofrecen estudios de caso sobre apologética, interactuando con bastantes ideas de liderato de la cultura psicológica que predomina en occidente. John Babler evalúa las categorías y estrategias del DSM-IV, la “biblia” del diagnóstico psiquiátrico. Su A Biblical Critique of the DSM-IV (“Una crítica bíblica del DSM-IV") muestra cómo los síntomas que supuestamente le otorgan a uno una etiqueta psiquiátrica puede ser comprendidos directamente mediante la lupa de la Palabra de nuestro Redentor.

Taking Up the Challenge (“Asumiendo el desafío”) de Alfred Poirier responde a la frecuente y reiterada reivindicación de que un modelo de consejo válido que honre a Dios puede (y debe) ser construida sin los materiales de la investigación social. Poirier muestra cómo los mejores ejemplares del pensamiento y la teoría "integracionista” no cumplen sistemáticamente con la sólida teología pastoral.

Con Let Me Draw a Picture (“Voy a pintar un dibujo”), Dana Stoddard describe el centro dinámico de la vida cristiana, el ciclo de arrepentimiento "desde/hasta”, fe y nueva obediencia. Muchos de los que usted aconseja se quedan atrapados en alguna forma de perfeccionismo o idealización del caminar y la experiencia cristiana. Stoddard captura realísticamente el proceso de crecimiento.

Nuestra sección de Public Ministry (Ministerio Público) contiene un sermón sobre el Viernes Santo del difunto Ray Dillard. Éste ponía ante nosotros el cáliz de la ira que Jesús bebió en nuestro lugar.

Tenemos la revisión de dos libros: Worthington and McMurry’s Marriage Conflicts (Conflictos en el matrimonio), de la serie de David Benner para consejo pastoral a corto plazo y un grupo de libros publicados por Plough Publications que cubren perdón, pureza sexual y discipulado.

JBC provee periódicamente una bibliografía anotada de libros escritos por autores comprometidos con el desarrollo de un consejo que glorifique a Jesucristo siendo construido por la Palabra de Dios, una sensata reflexión teológica y habilidosa práctica pastoral; ésta es la cuarta en dicha bibliografía.

Finalmente, con Queries & Controversies (“Cuestiones y controversias”), John Bettler aborda la cuestión de los celos y cómo sucede que esta emoción, distorsionada tan fácilmente por el pecado se convierte en una parte crucial del amor marital cuando se orienta correctamente.

Mateo 22:37-39 Timoteo 3:2-4; Lucas 16:13-14.

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